POR ALFONSO DE LEON F.R.C., Gran
Consejero. Tomado literalmente del BOLETÍN ITZAMNA del Centro Cultual Rosacruz de Guatemala,
segundo trimestre 2013 donde fue publicado bajo el titulo LA IMPORTANCIA DEL SERVICIO, titulo modificado en este Blog por asuntos de edición.
Existe un lema social que dice que “dando es como se
recibe”, oírlo decir es algo agradable, solo que la sociedad nuestra lo enfoca
desde el punto de vista material, como el conjunto de actividades que buscan
responder a las necesidades particulares de un “cliente”. Siendo así, indudablemente
atrae una remuneración para el que otorga el servicio. Pitágoras decía que el servicio concierne con
la sabiduría, armonía y ritmo, pues cuando esa actitud sin egoísmo es usada a
su grado más alto, trae iluminación, buenos poderes razonadores y le da a todo
lo que toca limpieza y pureza moral.
Como
se puede observar, estos dos conceptos de la palabra servicio, se ven como
contrapuestos, ya que el primero está enfocado a un dando y dando, yo te doy un
servicio pero a cambio tú me pagas por ese servicio; en cambio, lo que plantea
Pitágoras es una actitud altruista enfocada a entregarse a alguna causa,
persona o cosa, con ese espíritu de servir sin esperar recibir nada a cambio y
por supuesto sin retribución alguna, llegando al extremo de que nadie le dé las
gracias por ese servicio. Una actitud de esa naturaleza es lo que concierne al
servicio que se presta por parte de nuestros miembros, a las logias, capítulos
o pronaos de nuestra Amada Orden Rosacruz.
Cuando
se nos pide, que prestemos servicio, se nos dice que es un privilegio, muchos
no analizan hasta donde puede ser determinante esa actitud; lo que implica el
servir si lo vemos desde el punto de vista objetivo o material, le damos ese
toque dramático, ya que significa que no dispondremos de ese tiempo para
nosotros mismos; si decidimos prestar un servicio a nuestra Amada Logia,
sabemos que debemos de dejar a un lado las actividades que tenemos normalmente
con nuestra familia porque estaremos ausentes de los hogares, de nuestros
amigos, no disfrutaremos de salidas, paseos y otras actividades a las que
estamos acostumbrados y que forman parte de nuestro deleite y disfrute
personal. Es así que lo vemos lejos de lo que podría ser “un privilegio”, más
bien lo observamos como sacrificio personal, como un compromiso aunque sea por
lapsos no muy prolongados en cuanto al tiempo y dedicación se refiere.
Pero
al cuestionar detenidamente nuestros actos, desde que nos afiliamos, nuestra
vida incumbe a AMORC en toda su extensión, si nuestros pasos nos encaminó a ser
miembros rosacruces, fue con el propósito de encontrar nuestra propia luz, pero
de nada sirve de que la encontremos si solo a nosotros nos alumbra, si la
oscuridad reina a los demás miembros de la sociedad; no es a nivel individual
como se generan las cosas, más bien lo es a nivel colectivo, si todos estamos
dentro de un faro de luz, es mucho más amplia, fuerte y poderosa esa luz que
ilumina ese faro; ¿pero eso que significa?, que difícilmente comprenderemos el
motivo de nuestras enseñanzas si no estamos prestos a expandirnos a nosotros
mismos, a envolver a otros en nuestra luz, y eso amorosamente se practica a
través del servicio, por eso se convierte en un privilegio porque en la medida
que yo expando mi luz hacia otros más me alumbra a mí, porque no solo es una
vela encendida, son muchas y así mi camino que antes era oscuro, lento y
tortuoso, ahora es iluminado, y con la iluminación, nosotros con mayor
facilidad sabremos cual es el próximo paso que vamos a dar en nuestro camino
individual.
En
pocas palabras, solo se crece colectivamente, es difícil que se pueda lograr
solo a nivel individual; una cosa si es cierta, todos estamos místicamente
conectados, pero si yo me doy en amor y en servicio a otros, tanto a nivel
físico como mental, ese acto del desprendimiento me vuelve menos egoísta, mucho
más sensible a las necesidades de otro, empiezo a comprender que solo
entregándome en amor, voy a entender lo que es la verdadera hermandad, y así
sucesivamente; y el otro, el receptor del servicio y los Maestros Cósmicos a
nivel psíquico y místico, aunque no se diga con la palabra hablada,
amorosamente me agradecen mi entrega y dedicación al servicio y luego todo se
vuelve bendición, para mi persona porque tendré salud, para mí y para mi
familia; porque verán en mí, un padre o una madre o un hijo amoroso, unificando
el hogar, haciendo que todo sonría, que todo llegue en abundancia, de salud, de
paz, de prosperidad, etc, y con los amigos y vecinos porque verán a alguien,
como dice la canción, “yo quiero tener un millón de amigos y así más fuerte
poder cantar”.
Sin
contar con lo que se hace espiritualmente, esto es por el solo hecho de enfocar
nuestro servicio a una organización física. Ante nosotros se están abriendo
otras oportunidades sorprendentes, estamos empezando a cosechar los frutos de
las causas inducidas por nosotros mismos, al expandir nuestra consciencia hacia
otros, nuestro pasado Imperator Fráter Ralph M. Lewis declaró que el propósito
de la enseñanza rosacruz es inculcar y desarrollar dentro de cada persona una
filosofía de vida, y lograr que nuestro misticismo sea pragmático, es decir de
práctica; de nada sirve el conocimiento aprendido en las monografías si no
ponemos en práctica ese conocimiento, practiquemos el amor y el servicio
desinteresados y no ponemos en práctica ese conocimiento, practiquemos el amor
y el servicio desinteresados y en esa medida encontraremos el camino para
entrar al Reino de Dios. ¡Que así sea!